sábado, 22 de enero de 2011

CAFÉ




                  Zanahorias, huevos y café


Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro. Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra. La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. 

A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente. Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿qué ves?"

  -"Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.


Humildemente la hija preguntó: "¿Qué significa esto, padre?" 

El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. 

El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. 

Los granos de café sin embargo eran únicos; después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua. "¿Cual eres tú?", le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido? ¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.


Y tú,¿cual de los tres eres?


CUIDADOR DE ENFERMO DE ALZHEIMER

                                                     obra Pere Falguera 2010




                              A TIEMPO
Cuenta la leyenda que un hombre oyó decir que la felicidad era un tesoro.
A partir de aquel instante comenzó a buscarla. Primero se aventuró por el
placer y por todo lo sensual, luego por el poder y la riqueza, después por
la fama y la gloria, y así fue recorriendo el mundo del orgullo, del saber, de
los viajes, del trabajo, del ocio y de todo cuanto estaba al alcance de su mano.
En un recodo del camino vió un letrero que decía :
" Le quedan dos meses de vida "
Aquel hombre, cansado y desgastado por los sinsabores de la vida se dijo:
" Estos dos meses los dedicaré a compartir todo lo que tengo de experiencia,
de saber y de vida con las personas que me rodean "
Y aquel buscador infatigable de la felicidad, sólo al final de sus días,
encontró que en su interior, en lo que podía compartir, en el tiempo que le
dedicaba a los demás, en la renuncia que hacía de sí mismo por servir
estaba el tesoro que tanto había deseado.
Comprendió que para ser felíz se necesita amar; aceptar la vida como
viene; disfrutar de lo pequeño y de lo grande; conocerse a sí mismo y
aceptarse así como se es; sentirse querido y valorado, pero también querer y
valorar; tener razones para vivir y esperar y también razones para morir
y descansar. Entendió que la felicidad brota en el corazón, con el rocío del
cariño, la ternura y la comprensión. Que son instantes y momentos de
plenitud y bienestar; que está unida y ligada a la forma de ver a la gente
y de relacionarse con ella; que siempre está de salida y que para tenerla
hay que gozar de paz interior. Finalmente descubrió que cada edad tiene
su propia medida de felicidad y que sólo Dios es la fuente suprema de la
alegría, por ser EL: amor, bondad, reconciliación, perdón y donación total.
Y en su mente recordó aquella sentencia que dice:

" Cuánto gozamos con lo poco que tenemos y cuanto
sufrimos por lo mucho que anhelamos "


SÓCRATES




                      El Discípulo de Sócrates

Un discípulo llegó muy agitado a casa de Sócrates,
y empezó a hablar de esta manera:

--- Maestro, quiero contarte que un amigo tuyo estuvo hablando
de tí con malevolencia...Sócrates lo interrumpió diciendo:

--- Espera! ¿Ya hiciste pasar a través de las Tres Bardas lo
que me vas a decir?

--- ¿Las Tres Bardas?

--- Si - replicó Sócrates- La primera es la VERDAD.
¿Ya examinantes cuidadosamente si lo que me quieres decir,
es verdadero en todos los puntos?

--- No.... lo oí decir a unos vecinos......

--- Pero al menos lo habrás hecho pasar, por la segunda Barda
que es la BONDAD. ¿Lo que me quieres decir es por lo menos bueno?

--- NO, en realidad no; al contrario........

--- Ah! -interrumpió Sócrates- Entonces vamos a la última Barda.
¿Es NECESARIO que me cuentes eso?

--- Para ser sincero, no; necesario no es.

--- Entonces - sonrió el sabio- Si no es verdadero, ni bueno, ni necesario....
Sepultemoslo en el Olvido.